CREATIVA: ¿ Crees que Dios es feliz?
GERENTE: Nunca me lo he preguntado, pero me imagino que sí.
CREATIVA: Yo pienso que no. Si fuera feliz no habría creado nada: estaría satisfecho con las cosas como eran. En todo caso, yo en su lugar no hubiera creado al hombre.
GERENTE: ¿ Y a la mujer?
ESPECTADOR SUBE A ESCENA DESDE LA PLATEA.
GERENTE: ¿Se le ofrece algo?
ESPECTADOR: Me han invitado para que dé mi opinión sobre la felicidad, y quería conversar directamente con los responsables. Vi la puerta abierta y…
GERENTE: Adelante. Díganos todo lo que piensa.
ESPECTADOR: El problema es que yo sé lo quiero. Sé perfectamente lo que me haría feliz. Y no creo que una pastilla pueda proporcionármelo.
GERENTE: ¿A ver? ¿ Y qué es lo que quieres?
ESPECTADOR: Quiero que no haya más hambre en el mundo. Eso.
GERENTE: Sueñas en grande ¿No?
ESPECTADOR: No realmente. En un planeta tan rico como éste, pedir eso es lo mínimo que se puede pedir.
GERENTE: Lo que no entiendo bien es cómo eso te haría feliz a tí…me refiero a tí… a….
ESPECTADOR: Sé a qué te refieres. Te parece raro que mi felicidad dependa de la de los otros ¿No? Hubieras preferido que te dijera que me contento con un millón de dólares, o con acostarme con Angelina Jolie.
GERENTE: No afirmo nada, sólo que…
ESPECTADOR: Lo que sí es seguro es que no me contento con una pastilla.
GERENTE: Lo que ocurre, es que la pastilla está aquí, mientras que tus sueños…
ESPECTADOR: ¿Son imposibles? ¿ Son muy lejanos?
GERENTE: No quise decir eso…mira…
ESPECTADOR: (SACA UNA PISTOLA) Nunca quieres decir lo que dices ¿Eh?
GERENTE: Oye… ¡No es para tanto!
ESPECTADOR: No tengo nada que perder. Acabo de salir de prisión y volveré a ella tarde temprano. Me cargué a tres tíos y a una tía, pero el abogado alegó demencia momentánea.
GERENTE: Seguro que no fue tu culpa.
ESPECTADOR: Sí que lo fue. Pero siempre he tenido la ilusión de cargarme a un publicista. Eso me haría feliz.
GERENTE. (TEMBLANDO, SEÑALA EL ENVASE) ¿No prefieres tomar una de éstas?
ESPECTADOR. No. Prefiero que la tomes tú. Me gustaría ver lo feliz que vas a estar cuando te meta una bala en la cabeza.
GERENTE: Pero…
ESPECTADOR: Ningún pero. ¡Bebe!
GERENTE BEBE A SORBOS
ESPECTADOR: (LE COLOCA EL CAÑÓN DE LA PISTOLA EN LA SIEN) ¡Buen chico! Ahora dime qué se siente ser feliz.
CREATIVA: … Tarda treinta minutos en hacer efecto.
ESPECTADOR: ¿ La bala? ¡Qué va! Hace efecto de inmediato.
CREATIVA: Me refería a la píldora.
ESPECTADOR: No te refieras, bébela ( LE ACERCA UN ENVASE Y UN VASO DE AGUA)
CREATIVA: Yo… sólo soy una empleada…No tengo la culpa si…
ESPECTADOR: ¿No tienes la culpa de que yo quiera que seas feliz?
No, no la tienes. Pero, igual, yo quiero que lo seas. ¡Bebe!
CREATIVA: ¡No lo haré a la fuerza!
ESPECTADOR: Pero… ¿ En qué quedamos? ¿No estabas buscando la
manera de venderme la maldita pastilla? Yo sí tengo que
comprarla ¿No?
CREATIVA: No era contigo en particular. Era para los consumidores en general.
ESPECTADOR: Yo soy uno de ellos…¿No?
CREATIVA: Sí. Pero no pensaba obligarte a tomarla.
ESPECTADOR: No pensabas obligarme… Sólo ibas a bombardearme con mensajes de televisión, radio, prensa, afiches y todo lo demás ¿No? Sólo ibas a decirme que si no compraba tu producto no valía nada, no era nadie, no sabía lo que era la vida…¿ Te parece que eso es convencerme por las buenas? ¿ Qué tal si yo fuera un niño y te creyera al pie de la letra?
ESPECTADOR: Sí. Es por las buenas. Nunca me propuse ponerte un revolver en la cabeza.
ESPECTADOR: Mira; empezando, esto no es un revólver: es una pistola . Revólver es el que tiene un tambor ( EXPLICA CON GESTOS) …Ya sabes. Y para seguir, no te la estoy poniendo en la cabeza a ti , sino a él.
A ti , quiero convencerte por las buenas. Con un titular publicitario…¿ Qué te parece éste?: “ ¿ Quiere Usted que sus sesos ensucien la alfombra persa que acaba de comprar para su sala? No ¿ Verdad? Entonces tome… FELICIDAD!!!!!!
CREATIVA: Eso no es publicidad, es una amenaza.
ESPECTADOR: ¿Sí? Y ¿Cuál es la diferencia?
CREATIVA: No lo entenderías.
ESPECTADOR: ¡Ah! ¡No entendería! Pero sí se supone que entienda las estupideces que me dices para que fume cigarrillos ¿No?
CREATIVA: Es distinto.
ESPECTADOR: Claro que es distinto. ¿ Tomarías la pastilla si te aclarara que…”la felicidad puede dañar gravemente su salud”?
CREATIVA: No es cierto. No produce efectos secundarios ni afecta el metabolismo.
ESPECTADOR: Y entonces, ¿Por qué no la tomas?
CREATIVA. ¡ Por que no quiero! Ahí está la diferencia entre tu método el mío: yo te sugiero, te invito, te seduzco…¿Por qué no? Pero tú me obligas.
ESPECTADOR: Según tú, entonces la seducción, o sea, la manipulación, no es violencia.
CREATIVA: No.
ESPECTADOR: Cuéntame una cosa, porque no entiendo: ¿Yo te pedí que me sedujeras?
CREATIVA: No
ESPECTADOR: Y entonces ¿ Con permiso de quién me asaltas con voces susurrantes, imágenes sugerentes y textos de doble sentido ¡Para venderme un maldito champú!!!!
CREATIVA: Yo sólo hago mi trabajo, te lo dije antes; soy una empleada.
ESPECTADOR: Y él es tu jefe
CREATIVA: Sí.
ESPECTADOR: Entonces lo mataré a él. A ti sólo te seduciré, quieras o no. (A GERENTE) Así que tú eres el que tiene las cosas como están…
GERENTE: Lamento decepcionarte, pero el que tiene las cosas como están eres tú . Tú nos tienes secuestrados con tu revolver, perdón, con tu pistola.
ESPECTADOR: Eso es porque ustedes me tienen atrapado en su juego, un juego absurdo e inhumano.
GERENTE: Aceptemos la premisa. Y a nosotros ¿Quién nos tiene atrapados?
ESPECTADOR: La misma mentira. La diferencia es que ustedes creen en ella y la defienden , porque no quieren perder sus miserables privilegios.
GERENTE: Entonces tú me das un tiro y resuelves el problema para siempre.
ESPECTADOR: No, pero siento un precedente, doy un ejemplo.
GERENTE Perfecto. La gente sigue tu ejemplo y matan a todos los publicistas.
ESPECTADOR: Y a todos los anunciantes.
GERENTE: ¿Y después qué?
ESPECTADOR: La revolución. Cambiamos de sistema.
GERENTE: (A CREATIVA) Te dije que revolución era una buena palabra.
ESPECTADOR: ¿Qué dices?
GERENTE: Digo que tenía tiempo sin oir la palabra.
ESPECTADOR: ¡Claro! No se oye desde que ustedes se apoderaron de todos los medios de comunicación para convencernos de que comprar un blue jean era idéntico a cambiar el mundo.
GERENTE: Según tú, la revolución es más importante que la felicidad.
ESPECTADOR: La revolución es el único camino a la felicidad.
GERENTE: (A CREATIVA) Tal vez la estrategia sea ligar la felicidad a la revolución; la idea no es mala… habría sólo que invertirla: “ La felicidad es el único camino a la revolución”
ESPECTADOR: ¿Qué murmuras ahora?
GERENTE: Pensaba en voz alta. Me decía , después de todo, la revolución no está tan pasada de moda. Tenemos a revolución informática, la revolución genética, la ecológica , la canción de los Beatles. Sin contar con Cuba, y China, los musulmanes…
ESPECTADOR: Claro. Ya la palabra no significa nada, o más bien significa todo lo contrario. Como tu maldita pastilla. Pero el nombre que le pongas a la rebelión importa poco en este caso. No estoy vendiendo un antiácido, estoy diciendo lo que pienso, que es muy distinto. Si hay que ponerle un nombre cada cual encontrará el suyo.
GERENTE: Si bajaras el arma te ofrecería empleo. Eres el único encuestado que ha aportado algo en esta sesión.
ESPECTADOR: Me quieres comprar.
GERENTE: ¡Nada de eso! Te quiero ofrecer los instrumentos para que realices tu proyecto. Vamos a ver: Supón que tienes a tu alcance todos los medios de comunicación. ¿Qué le dirías a la gente?
ESPECTADOR: Lo que ya te he dicho: que no serán felices hasta que no se rebelen contra la basura de vida a la que los someten.
GERENTE: ¿Y quién te asegura que la gente quiere ser feliz?
ESPECTADOR: ¿Y qué otra cosa pueden querer?
GERENTE: No sé, dímelo tú, porque tenemos buen rato buscando a alguien, aunque sea uno solito, que quiera serlo.
ESPECTADOR: Es que están habituados a sufrir. Han sufrido desde que nacieron.
GERENTE: Exageras. Los niños son felices. El sufrimiento es un invento de los adultos.
ESPECTADOR: ¿Hablas de los niños de Suiza o de los de Haití?
GERENTE: …Entiendo tu punto, pero a lo que iba es a que la gente puede habituarse a todo, incluso a la felicidad.
ESPECTADOR: No te sigo. Explícate.
GERENTE: Es fácil. Si logras que la gente sea feliz aunque sea por un momento, entonces, y sólo entonces, podrás explicarles tu revolución. Y así te creerán, porque sabrán de qué estás hablando.
ESPECTADOR: Estás tratando de ganar tiempo. Crees que soy como los villanos de las películas , que antes de matar al héroe hacen una larguísima declaración para que el héroe tenga ocasión de tomarlo por sorpresa o para que la policía llegue a tiempo. Pero no, esto no es una película, y tu publicidad no logra venderme tu producto. No creo en tu felicidad, ni en la de las píldoras ni en la otra que dices tener. Es al revés de lo que pretendes: mientras más conciente estoy de mi miseria más quiero salir de ella. He probado todas las drogas, y la peor de todas es la mentira.
Me vendes comida que no comerías, cigarrillos que no fumarías, y ahora me quieres vender una falacia en la que nadie cree, empezando por tí mismo. Pero la verdad es que vas a morir esta noche, y si no te he matado todavía no es para darte la oportunidad de escapar o de ser rescatado. Es para que tu público te conozca tal como eres, para que te quites la máscara y les digas la verdad.
GERENTE: ¿Cuál verdad?
ESPECTADOR: La verdad de toda esta farsa. ¿ Qué hacemos aquí los espectadores? ¿No nos convocaron para someternos a una prueba y estudiar cuál de nuestras debilidades explotarán para hacernos comprar vuestra mierda? ¿Y no hemos dicho ya que no? ¿Que nos nos interesa esa felicidad que nos quieren meter por los ojos? No, no nos interesa. Dile al fabricante que puede tirarla al mar, junto a sus neurólogos y a sus siquiatras: tal vez así haga felices a algunos tiburones.
GERENTE: Sólo hago mi trabajo.
ESPECTADOR: Y yo hago el mío. Tu mientes y yo descubro tus mentiras.
CREATIVA: Creo que estás exagerando. Nadie se cree la publicidad.
ESPECTADOR: ¿No? Y cuántos fumadores hay en el mundo silbando el tema de Marlboro con el poco aire que les queda en los pulmones? Ahora son víctimas de vuestro contraataque, porque los culpáis de hacer lo que les habéis obligado a hacer durante todo un siglo. ¿Nadie se la cree? ¿ Cómo dudar de los argumentos científicos que demuestran que el cigarrillo produce cancer? Tan difícil como antes era dudar de que producía hombría, elegancia y sex appeal.
CREATIVA: Es un caso aislado. La publicidad no sólo hace eso, también ayuda a la gente: campañas para evitar accidentes...
ESPECTADOR: Producidos por el alcohol que les vendéis con mujeres semidesnudas que excitan su imaginación.
CREATIVA: Creía que eras un revolucionario, pero veo que eres sólo un puritano ¿.No acabas de decir que has probado todas las drogas? No hacemos publicidad de drogas.
ESPECTADOR: Tú también quieres comprar tiempo ¿No? Para que te enteres, lo que estamos discutiendo aquí es si podéis o no darnos felicidad.
CREATIVA: ¿Para que me entere? O sea que además eres machista. Tengo media hora escuchando tus sandeces y supones que no me he enterado de lo que hablas?
ESPECTADOR: ¿Eres feliz?
CREATIVA: Soy menos infeliz cuando no me apuntan con un ...arma.
ESPECTADOR: Si la suelto, llamarás a tus gorilas y ellos me apuntarán a mí. Estamos en las mismas.
CREATIVA: Sólo que yo no te he hecho nada.
ESPECTADOR: Pero, pensándolo bien.
GERENTE: Sí?
ESPECTADOR : Mejor es bailar (BAILA)
CREATIVA : Y a este qué le pasa? ¡Se ha vuelto loco!
GERENTE: Nada de eso. Loco ya estaba. Lo que ocurre es que le ha hecho efecto el producto.
CREATIVA: ¡Pero si no lo ha tomado!
GERENTE: Claro que sí. He puesto unas chicas a ofrecer coca cola gratis en el foyer del teatro.
CREATIVA: ¿Y has colocado...?
GERENTE: Obviamente
ESPECTADOR: ¡ Eres un canalla! ¡ Eso es ilegal!
GERENTE: ¿ Canalla? Te he salvado la vida y todavía me reclamas? ¿Crees que someter a tu prójimo con un revolver es legal?
ESPECTADOR: (SIN DEJAR DE BAILAR. TIRA EL ARMA AL PISO) Revolver no, pistola , ja ja ja.
CREATIVA: Pero que esperas ¡ Llama a seguridad!
GERENTE: Ni pensarlo. Al fin tenemos al consumidor bajo los efectos de la pócima. ¿No es lo que me pediste? Vamos ¡A trabajar!
